Transmisión: De la presa a su puerta

Cuando la fuerza del caudal de un río se convierte en electricidad en las presas hidroeléctrica.

by Franklin PUD Public Affairs

Cuando la fuerza del caudal de un río se convierte en electricidad en las presas hidroeléctricas, todavía tiene un largo camino que recorrer antes de llegar a su casa, negocio o escuela. Ahora esta energía debe fluir a lo largo de líneas de transmisión, a veces a cientos de millas de su lugar de origen. Cuando la electricidad sale de una presa es de alto voltaje, lo cual significa que es muy poderosa – demasiado poderosa para hacer funcionar nuestros aparatos electrodomésticos y electrónicos. La transmisión de alto voltaje es el método preferido para distribuir electricidad a través de grandes distancias porque con él se pierde menos electricidad en el trayecto. Los cables de transmisión o conductores de alto voltaje se tienden de ordinario entre altas torres de acero como las que vemos a lo largo de autopistas y a través del campo.   

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Cuando la electricidad se acerca a ciudades y comunidades, pasa por una subestación que utiliza transformadores para cambiar el voltaje de la electricidad a un valor más manejable. A partir de ahí, viaja por líneas de distribución hechas de un conductor más delgado y ligero, que usualmente están tendidas entre postes de madera. Estas líneas conducen energía a través de vecindarios hasta las tomas eléctricas que encienden las luces y cargan los teléfonos inteligentes. Llevar hidroelectricidad a hogares y empresas requiere una planificación cuidadosa, ya que las líneas de transmisión pueden conducir solamente la cantidad de electricidad que se consumirá. Con el fin de mantener la cantidad correcta de energía fluyendo, se usan computadoras para calcular cuánta electricidad se debe enviar a través del sistema, cuándo y dónde.  Las personas detrás de la energía eléctrica Puede parecer un acto de magia que el agua se convierta en la energía con la que funciona su televisor y se encienden las luces al oprimir un botón o tocar un interruptor. Nada de eso sería posible sin los individuos capacitados que construyen y dan mantenimiento al sistema que lleva la electricidad a su hogar. Los trabajadores de las líneas de transmisión manejan el mundo que está detrás de su interruptor de luz. Esos hombres y mujeres sumamente hábiles son electricistas que cuentan con capacitación especial para trabajar con líneas de transmisión y distribución. Ellos no sólo construyen líneas, sino que también les dan mantenimiento y restablecen la corriente cuando se produce un apagón. Algunos trabajan a ras del suelo, otros en líneas y torres, e incluso algunos trabajan a bordo de helicópteros que levantan y colocan torres de transmisión. Su trabajo es peligroso y requiere un manejo cuidadoso de la poderosa electricidad que fluye a través de las líneas. Se arriesgan a recibir descargas y quemaduras eléctricas; trabajan a grandes alturas, con frecuencia por la noche y los fines de semana, y lo hacen en condiciones meteorológicas adversas. Gracias al sistema de transmisión – y a los trabajadores de línea, operadores de subestación, despachadores e innumerables personas que mantienen la red en operación –, nuestras comunidades pueden disfrutar los beneficios de la hidroelectricidad que se genera lejos de nuestras casas.